domingo, 27 de noviembre de 2016

Supera tus miedos

Por Julio Oviedo

Todo empezó un día que estaba con mi amigo y le conté una historia que me había sucedido hace tiempo. Nos sentamos y le empecé a contar la historia. Empezó todo cuando mis padres se fueron y me dejaron cuidando la casa.
Yo estaba tranquilo viendo la televisión con las luces apagadas, y se sintió un ruido. Asustado me levante de un salto; temblando fui a ver de dónde provenía el sonido. Llegué a la cocina, encendí la luz. Tranquilizado me di cuenta que era el viento que al soplar muy fuerte abrió las hojas de la ventana y se golpeaban muy fuerte. Las cerré, me fui de nuevo a mi habitación y me acosté. Pero...otra vez, el mismo ruido. Me levanté, fui hacia la cocina, tranquilo, pensando que era la ventana, pero cuando llegué a la cocina y encendí la luz sentí que se me paró el corazón. Estaban todos los platos rotos en suelo.

Asustado, pensé en quien pudo causar todo esto o que me harían mis padres cuando lleguen y vean todo esto, si me retarán y no me dejarán salir a jugar. Entonces me puse limpiar y encontré huellas. Eran de un gato, por lo que pensé que podía culpar al gato del vecino. Limpié y me fui, pero cuando me estaba yendo se escucharon pasos en el sótano. Salí corriendo a mi habitación con miedo y de un salto me tiré a la cama, tapándome hasta la cabeza y me dije: “soy un miedoso”. Así es que me levanté y fui a ver qué pasaba para superar mis miedos. Entonces bajé y abrí la puerta del sótano y entré. La luz se apagaba y se prendía. Respire hondo, cerré los ojos y caminé hacia donde se escuchaban los pasos. La caminata se hizo intensa y cada vez me acercaba más al ruido cuando veo que solamente eran gotas que caían al suelo. Calmado, volví y vi a mis padres. Estaba feliz por haber superado mis miedos.

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