domingo, 27 de noviembre de 2016

Fin de las caminatas

Por Milagro Quiroga

Hace muchos años una chica llamada Romina, de 16 años,  vivía en un campo con sus abuelos.
Resulta que a Romina le daban mucho miedo los duendes, la pregunta era ¿porque? ¿Existían los duendes? Siempre respondía que sí y contaba su anécdota.
Romina como todas las tardes salía a caminar con su perrito porque era lo que más le gustaba hacer. Cuenta que iba caminando cuando se le cruzó un duende corriendo. Ella no sabía qué era hasta que el duende salió de atrás del árbol donde se había escondido. Cuando salió tenía en su mano un hacha, con la cual la amenazó a Romina queriendo matar a su perro. Corrió rápidamente a avisarle a su abuelo, pero el duende cayó en un pozo enorme que siempre hubo en el campo de su abuelo. Al llegar a casa le avisa a su abuelo rápido para que vaya hacia el hueco a atrapar el duende. Cuando llega era cierto el duende estaba ahí.
Llamaron a los bomberos para que lo sacarán de ahí, cuando se lo llevaron nadie lo podía creer. Era la primera vez en la vida que alguien atrapaba un duende. Ese duende quedó en un lugar especial donde lo investigaban para averiguar cómo eran su hábitat y demás cosas.

Desde ese día Romina continuo con su vida normal pero sin salir a caminar como a ella tanto le gustaba.

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