domingo, 27 de noviembre de 2016

La luz y la oscuridad

Por Milagros Zarate

Estando la oscuridad sola, se preguntaba qué hacía de malo o qué tenía que provocaba miedo a la gente. Viendo a la luz se preguntaba también que tenía ella de especial. La oscuridad, al  escuchar a los niños y adolescentes hablar mal de ella, se sentía triste y sola.
La luz noto esa tristeza y soledad que tenía la oscuridad, así que decidió hacer algo para ayudarla. De a poco, la luz empezó a convencer a la oscuridad y a la gente, que ella no tenía intenciones de asustar y provocar miedo, pero ni la gente ni la oscuridad se convencieron de eso.
Al pasar el tiempo, la oscuridad fue entrando en confianza con la luz y le gustaba escuchar historias que la luz le contaba, como por ejemplo la historia de cuando la luz se iba y estaba todo oscuro, y la gente prendía velas y los niños jugaban con las sombras. Después de tanto trabajo, la luz al fin pudo convencer a la oscuridad que no era mala y que se podian hacer cosas divertidas en la ausencia de la luz.

Pero ahora quedaba ¡convencer a la gente! La luz para terminar con todo eso, decidió ausentarse por varias semanas para que las personas se acostumbraran a la oscuridad y pudieran superar el miedo y la idea de verla como algo malo. A la gente no le quedó otro que acostumbrarse a la ausencia de la luz. Después de un mes, la luz decidió regresar. Al volver la luz, la gente se dio cuenta que nada malo había pasado en la oscuridad, y que ella no era desagradable. La oscuridad termino muy agradecida con la luz porque sin ella no podría haber superado  su propio rechazo y el de la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario