Todo comenzó con
Carolina y su miedo de quedase sola en su casa. Ella es una adolescente de 16
años a la que su hermano mayor, Matías, siempre la asusto con ruidos de
fantasmas y de ladrones.
Esa noche, como tantas
otras, mi amiga Caro, para no tener tanto miedo, nos invitó a ir a escuchar
música en su casa. Mis amigas, Carolina y yo jugábamos a las escondidas,
jugábamos a la atrapadita y cuando nos aburrimos Sabrina tuvo una idea fuera de
nuestros juegos comunes, y ya que estábamos aburridas de lo mismo mis amigas le
dieron el sí. Por mi parte, ésta había sido la peor idea de Sabrina en años.
Las chicas se
pusieron a correr la mesa, las sillas y el televisor, Julieta puso una manta
negra que saco de una caja que Sabrina había llevado a casa de Caro y olía a
quemado. Cuando abrió la caja afuera se empezó a sentir el viento soplar más
fuerte, la luces comenzaron a palpitar y las puertas viejas de la casa de
Carolina comenzaron a cerrarse. De pronto la puerta se abrió, un fuerte viento
sopló y las luces se apagaron, Sabrina saco unas velas de esa misma caja, qué
eran amarillas y que parecían brillar. Las sopló y mágicamente se encendieron.
Todas quedamos asombradas. En ese momento descubrimos que algo con Sabrina no
estaba bien. Puso las velas sobre un tablero que tenía todo el abecedario y de
un lado decía “Si” y del otro lado “No”.
Carolina obviamente
empezó a asustarse. Nos sentamos todas en ronda y empezamos a hacer peguntas
¿Hay algún espiritad con nosotras? El tablero se movió hacia el sí y Carolina
grito del susto. Sabrina nos prohibió movernos y dijo que los espíritus se
enojarían. A Carolina mucho no le importo, se levantó y se fue. Un fuerte
viento abrió las ventanas y las velas se apagaron. Sabrina sonrió y dio un paso
hacia atrás y nos dijo: -yo se lo advertí-. De pronto se abrió un agujero en el
piso del mismo color oscuro que la manta y caímos todas excepto Sabrina.
Desde entonces mis
amigas y yo vivimos atrapadas entre las paredes de la casa vieja de Caro y
resulta que no somos las únicas. Hay más personas atrapadas aquí; él abuelo de
Caro es una de ellas. Él dice que le advirtió a ella de esto desde muy pequeña.
Sabrina, aunque
luce como una adolescente normal, es la abuela
postiza de Carolina, qué tiene un profundo odio hacia su familia porque
el abuelo de Caro jamás la quiso. Desde hace años la bruja Sabrina, atrapa a
todos los que van a casa de Carolina por odio.
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