domingo, 27 de noviembre de 2016

El Reino de Daila

Por Astrid Ocaña Falcon

Érase una vez una hechicera llamada Atira, envidiosa y arrogante. Ella vivía en un tenebroso reino de nombre Darkness. Atira sentía envidia de Daila, una hermosa princesa que reinaba una pequeña isla flotante llamada Corazón Verde.
Un día Atira decidió visitar la isla junto a su más fiel sirviente, Gael. Querían proponerle a la princesa su belleza a cambio de su reino. Al entrar a la isla Atira se quedó sorprendida al ver bellas gemas y decoraciones de oro y plata. Un guardia les dio la bienvenida diciendo:
-Bienvenida oh reina que viene del lejano reino Darkness, la princesa la espera-.
Daila la esperaba sentada en un hermoso trono hecho con diamantes y cristales, y Atira sintió envidia de su belleza. Era cierto Daila era una mujer bellísima y amable. Daila al ver a Atira dijo:
-¿A qué se debe su visita?-.
-Estoy en esta isla porque deseo proponerte algo- respondió Atira.
-¿Qué es?- preguntó la princesa.
-Dame tu belleza y te daré mi reino a cambio- respondió Atira.
-¿Solo a eso ha venido de tan lejos? ¿A proponerme algo ambicioso y malvado?-.
-Si yo obtengo tu belleza, seré la única, la más hermosa de este planeta al que los humanos saben llamar tierra- respondió Atira.
-Por ser ambiciosa mi Dios la castigará, si sólo a eso ha venido quiero que se valla de mi isla mujer demonio-.
Desde aquella discusión Atira y Gael fueron castigados y cubiertos por una oscuridad malvada. Pasaron doscientos años y no se llegó a saber nada de Atira y su reino.
Cada vez que se hacía de noche Daila se despertaba y bajaba a la tierra a comunicarse con sus amigos de la noche: grillos, luciérnagas, ranas, aves nocturnas y hadas mágicas. Ella se había hecho amiga de ellos y cada noche Daila cantaba una canción que la recordaba a su isla y lloraba de felicidad. Cada lágrima que caía de sus hermosos ojos azules formaban los ríos y pantanos y estos se convertían en bellas lagunas dónde sus amigos jugaban con ella. Daila cantaba y sus amigos compartían su alegría. 

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