domingo, 27 de noviembre de 2016

La historia de papá

Por Milagros Ludueña Sanchez

Cuando yo era chica mi papá siempre hablaba de una casa abandonada en el bosque, y cuando escuchaba sus historias me daba curiosidad de saber si esos relatos eran ciertos.
Cuando era adolescente, todos los fines de semanas nos íbamos a acampar a un bosque cerca de casa, donde pasábamos toda la tarde explorando nuevos lugares. Iba con mi papá y mi hermano, porque a mi mamá no le interesaba mucho, ella prefería quedarse en casa y preparar la comida.
Al cabo de unos años, mi papá sufrió de una enfermedad terminal .Yo ya estaba por cumplir 19 años y unos días antes falleció. Con el dolor de la pérdida, nunca volví a pisar un bosque.
Ya había comenzado la Facultad de arquitectura. Me hice de muchos amigos, y con uno de ellos me puse de novia; hoy cumplimos un mes de noviazgo. Se llama Tomás, tiene 21 años, y vive a unas cuadras de mi casa. Casi siempre nos juntamos a pasar tiempo juntos o con nuestros  amigos. Un día un amigo me invitó a que salgamos a bailar y le dije que sí.  A mi novio no le gustó mucho la idea, pero accedió con la condición de que le mande un mensaje cuando llegue. Así fue a las cinco y media, mi amigo me acompañó a mi casa. Cuando se estaba por ir me preguntó si al otro día quería ir a acampar, la última vez fue cuando tenía 16 años, y sin dudas le dije que sí.  Entonces me dijo -a las 16:30 voy para tu casa – le dije, bueno está bien. Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Al día siguiente me fui a acampar con él,  sin decir nada a mi novio porque sabía que se iba a enojar conmigo y no iba a querer que vaya. Me llevo al mismo bosque donde siempre iba con mi papá. Empezamos a caminar y caminar hasta que en un momento se hizo de noche, y cuando ya estábamos por volver a casa se quedó sin nafta el auto. Teníamos que pasar toda la noche allí. Le dije que cerca de donde estábamos de encontraba una casa abandonada donde nunca me animé a entrar cuando era chica.

Me dijo: -bueno vamos- Planeamos pasar la noche ahí y mañana iba a llamar a un compañero de la facu. Cuando entramos a la casa de encintaba en buen estado y limpia. Fui a la habitación y había unos cuados muy raros. Eran todas caras y parecía que nos miraban. Me dio mucho miedo así que le dije a Facundo, mi amigo, que venga a dormí conmigo. Al otro día noté algo muy extraño en la pieza y era que todos esos cuadros eran ahora ventanas. Entonces me levanté pero no encontraba a Facundo por ningún lado. Salí afuera de la casa y encontré fotos tiradas en el piso formando un camino. En la primera se veía un túnel oscuro. En la segunda se notaba el reflejo de una cara. Cada vez que alzada una de esas fotos se notaba más la cara, hasta que llegue a la última fotografía de veía mi rostro reflejado y me di cuenta que ya estaba en el túnel…

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