domingo, 27 de noviembre de 2016

La casa embrujada de San Vicente

Por Juan Castro

Hace ya un tiempo en la ciudad de Córdoba había un hombre llamado José, que al terminar el colegio se fue a vivir sólo a una casa en barrio San Vicente. José era un chico muy irresponsable y no le gustaba trabajar, ni hacer sus deberes y vivía a cuestas de sus padres. Al pasar el tiempo en la casa se notaba que había cosas raras, se oían ruidos extraños, las cosas se movían de lugar y varias cosas inusuales más. José creía que era producto de las drogas, ya que él consumía drogas y tenía plantaciones de marihuana en su casa.
Una noche el hizo una fiesta en su casa a la cual asistieron unas cien personas, en esa fiesta hubo mucho descontrol, droga y alcohol. Hubo unas siete personas que entraron al sótano y luego no aparecieron más. Al terminar la fiesta ellos seguían sin aparecer y José no podía buscar a nadie. Al día siguiente empezó a salir mal olor del sótano, al entrar allí José se dio con que esas siete personas que habían desaparecido estaban muertas. Habían sido descuartizadas y no había señal de sus muertes. Inmediatamente llamó a la policía.
Luego de mucho investigar no encontraron rastro de un homicidio. Al pasar los meses, en la casa seguían pasando cosas raras y llegó un momento en el que se dio cuenta de que lo que pasaba era algo "sobrenatural" y no a causa de las drogas. Por eso fue que llamó a un cura quien le dijo que la casa estaba embrujada y había un espíritu, y que a él no le hacía nada porque fue alguien muy importante en el pasado y no le podía hacer nada, pero a los jóvenes que había matado en la fiesta era porque habían invadido "su territorio".
José ya se había vuelto medio loco y hasta podía hablar con el espíritu, y seguía organizando fiestas para que el espíritu se pudiera alimentar de las personas. Todo esto parecía muy extraño para la justicia porque no encontraban ni un solo rastro de las personas que morían. Al pasar el tiempo el espíritu se adueñó del cuerpo de José y le controlaba la mente, parecía un "zombi". Así fue como José mató a su padre, a su madre y a sus dos hermanos. Cuando la policía lo apreso él se volvió aún más loco y hasta mataba a sus compañeros de prisión. Cuando los policías se dieron cuenta de que estaba verdaderamente loco lo encerraron en un manicomio y llamarón a un exorcista, porque esto era algo "sobrenatural", para ver si podía liberar a José del espíritu. Cuando logro sacar el espíritu de su cuerpo y José se dio cuenta de lo que había hecho se incendió dentro de la casa, y está ardió en llamas hasta no quedar nada.

En la actualidad el terreno está abandonado y funciona como basural y se dice que por la noche se escuchan los gritos de José.

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